Las altas expectativas son la clave para motivar a los estudiantes en los procesos de enseñanza – aprendizaje, pero, ¿qué son las expectativas y qué se debería tener en cuenta a la hora de plantearlas?
Las altas expectativas que ponen los docentes en los alumnos son fundamentales en la medida que los profesores sean capaces de crear en ellos una conciencia con respecto a sus capacidades y los talentos que pueden desarrollar y potenciar. Muchas de esas expectativas, dice la profesora y experta Joanne Foster, facilitan el objetivo de entusiasmar a los estudiantes y fomentar sus talentos para que puedan aprender y sentirse realizados. Pero, ¿qué son exactamente las altas expectativas?, ¿cuándo son demasiado sencillas o demasiado complicadas y de quién depende que sean de una u otra forma? y por otra parte, ¿cómo se puede ayudar a los estudiantes para que los niños desarrollen expectativas o perspectivas más positivas? Foster responde a estas preguntas en 4 puntos específicos:
1. ¿Cómo identificar las altas expectativas?
Foster asegura que cada quien tiene su interpretación de las expectativas, pero a su vez, cada una de esas definiciones se diferencia de otras palabras como: objetivo, demanda, aspiración, añoranza y oportunidad. La profesora dice que para ella, su mejor definición de expectativa es el “resultado”. Esto significa que algo surge de la combinación del pensamiento, el trabajo duro, la paciencia, la creatividad o las actividades colaborativas. Adicional a esto, Foster define las siguientes características que según ella, hacen parte de la esencia de las altas expectativas:
La justicia: las mejores expectativas se adaptan perfectamente a las personas que cumplirán con éstas. Son expectativas consideradas justas o adecuadas, es decir, un desafío apropiado (ni muy fácil, ni muy difícil), relevante y factible dentro de un tiempo establecido.
Participación: es útil saber de quién es la expectativa (padres, profesores, estudiantes… ). Además, se debe incluir a los estudiantes en el diseño de sus propias expectativas, de alguna manera se empoderan. ¡Sí! Los estudiantes también pueden establecer expectativas basados en sus capacidades, su actitud, su confianza y el apoyo que esperan recibir de otros.
El respeto: sin una expectativa despierta algunos sentimientos negativos como la rabia o la aprehensión, afectará el cumplimiento de esa expectativa. Por eso, dice la experta, es importante tener en cuenta las respuestas emocionales de los estudiantes.
Que valga la pena el esfuerzo: las expectativas que no se pueden realizar, son frustrantes porque el estudiante se rinde al intentar alcanzarlas. Por eso, las que son alcanzables motivan y harán que valga la pena el esfuerzo.
2. ¿Qué hacer cuando una expectativa no fue adecuada?
Existen dos aspectos que se deben considerar cuando hemos errado en la expectativa:
La comunicación: padres, profesores y estudiantes pueden hablar sobre las expectativas sin culparse. Culpar no vale la pena, lo más importante es corregirla para que se convierta en una expectativa más adecuada.
La flexibilidad: Padres, profesores y alumnos debemos tener la flexibilidad para cuestionarnos los plazos de cumplimiento. A veces, los estudiantes tienen que experimentar situaciones inesperadas, por eso, un niño que lo intenta pero no logra cumplir las exigencias por estas dificultades, puede ser guiado y apoyado sin ser culpado.
3. Si los estudiantes se rebelan, tiene dificultades o posponen las cosas, ¿cómo se pueden motivar para que perseveren?
Esto tiene que ver con la actitud, asegura Foster. La respuesta depende según la disposición que tenga el alumno de continuar y eso tiene mucho que ver con las elecciones que tomen con respecto a las expectativas. Ellos son los responsables de escoger cómo responderán a una expectativa que no es adecuada para su edad o capacidad. Frente a esto, igualmente es clave ofrecer motivación, retroalimentación constructiva, apropiada, directa y honesta. Esto ayudará a que los alumnos sigan el camino y se empoderen para tomar buenas decisiones que les permitan cumplir metas. El apoyo viene en muchos formatos. Algunas formas de hacerlo es respondiendo preguntas, escuchando, demostrando determinación y creando relaciones cercanas de confianza.
4. ¿Cómo pueden los padres y profesores ayudar a los niños para que desarrollen expectativas más positivas?
Una expectativa positiva es motivante y los adultos pueden ayudar a los más jóvenes a ser optimistas. Para lograrlo hay tres estrategias que se pueden aplicar. Lo primero es respetar las preferencias de los niños, la segunda es celebrar los grandes y pequeño logros y la tercera es crear una zona de confort para que se sientan cómodos aprendiendo, creando y maximizando el esfuerzo. Ellos deberían tener tiempo para co-crear altas y significativas expectativas que los emocionan.
Muchas gracias
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