martes, 2 de abril de 2019

Numerosos cantes hablan del saber como fruto de la experiencia concreta, en contraposición a un saber entendido como adquisición de un cuerpo elaborado de contenidos formales específicos.

Así, en la copla popular que canta Carmen Linares por soleá:

Presumes que eres la ciencia
y yo no comprendo así
por qué siendo tú la ciencia
no me has comprendido a mí

Canta Racapino por alegrías:

No preguntes por saber
que el tiempo te lo dirá
que no hay cosa más bonita
que el saber sin preguntar.

Recoge el padre de los Machado:

El tiempo y el desengaño
son dos amigos leales
que despiertan al que duerme
y enseñan al que no sabe

o éstas alegrías:

Quien va a comprenderme a mi
si yo misma no me entiendo
digo que ya no te quiero
y estoy loquita por ti.

De los sabios de este mundo
a aquél que más supiera
mételo tú en el querer,
lo verás prevericar.

Cante por cañá:

Son la ciencia y el saber
favor que le debo al cielo,
pero cuando hablo contigo
toito mi saber lo pierdo.

o las recogidas por Bañuls:

Compañera mía,
qué vamos a hacer
que cuentecitas que los pobres hacemos
nunca salen bien


¡Que misteriosa y adorable es nuestra cultura!




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